Salmos 16:2
|Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.
El salmista se dirige a sí mismo con autoridad, mandando a su alma que alabe a Dios como lo podemos ver, en otros salmos. En este versículo, expresa lo que su alma le dice a Dios.
VEA
7 Cosas que no sabías sobre tu cuerpo
Y lo que específicamente dice, que su alma reconoce que Jehová es su dueño, su amo, su Señor. Cuando reconocemos esto, igual que el salmista, entonces dejamos que él nos gobierne.
Todos conocemos a David, un rey con muchas riquezas y victorioso, pero entendió algo, a pesar de lo que pueda tener y es que no hay bien fuera de Dios. De hecho, Jesús dijo que lejos de él nada podemos hacer.