7 Consejos para las parejas que han entrado en adulterio.
|La integridad en un mundo de “una vida desordenada”.Las relaciones sexuales no son un invento de una sociedad liberal, sino el regalo e invento de un Dios amoroso. Este Dios amoroso establece estos parámetros como una manera de proteger a la gente del dolor y de las consecuencias de tener relaciones sexuales fuera del plan divino. Es triste el saber que esta persona (sea el varón o la mujer) llega al matrimonio cuando ha roto este plan (He. 13:4; 1 Co. 6:18).
Una persona que ha tenido la experiencia sexual, y que lo ha hecho fuera del plan divino, cuando conoce a Cristo como único y suficiente salvador, ya no es definida por su acto sexual que cometió en un pasado, sino que esa persona es redimida por la sangre de Cristo, así como pasó con la mujer sorprendida en adulterio y también la samaritana que había tenido 5 marido, así solo basta un encuentro con el salvador y este palabra que el mismo Jesús expresó a la mujer sorprendida en adulterio; «No peques más».
Es fundamental entender el arrepentimiento bíblico y ver frutos de real arrepentimiento. Obviamente, no es necesario ir a los detalles del pecado sexual, Por ejemplo, es distinto si alguien perdió su virginidad antes de conocer a Cristo, que saber que el pecado es parte de un patrón de pecado sexual que marca la vida de esta persona (1 Jn. 3:24). Otra posible manera de identificar un patrón es considerar qué tipo de límites físicos ha puesto esta persona en la relación y cómo la otra persona los respeta y ayuda a mantenerlos.
Un cuestión detonante en muchos matrimonios es que las parejas encubren su pecado, y con este acto van en contra del llamado bíblico de ser una sola carne (Gn. 2:24). Es importante tener esta conversación para que ambas personas sepan con quién se piensan casar, y empezar este posible matrimonio con buenos fundamentos.
Es importante que este tema se lo trate en discipulado prematrimonial, si la pareja decide continuar con su deseo de casarse, o ver este discipulado como una ayuda para discernir si se debe continuar adelante con la decisión. Esto puede ayudar a ambas personas a tener un plan activo de cómo tratar bíblicamente la culpa, los pensamientos, las ideas y las expectativas que podrían venir como consecuencia del pecado.
La justicia basada en algo más grande que nuestra purezaCada persona que se casa se está casando con un humano que vive bajo los efectos del pecado, es decir con un pecador. Igual que tú, tu pareja ha pecado. Quizá su pecado es sexual, emocional, mental, etcétera. El punto es que, virgen o no, ambos son pecadores con la necesidad urgente de un Salvador. Gloria a Dios que “Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él” (2 Co. 5:21). Recuerda que tu justicia está en lo que Cristo hizo en la cruz.
No te Frustre… PERDONA